El psicólogo Geoffrey Miller sostiene que el impulso de la creación artística es una forma de
impresionar a posibles compañerxs sexuales con la demostración de la calidad del propio cerebro.
En la naturaleza existe un precedente: los tilonorrincos de Australia y Nueva Guinea.
Los machos construyen unos complicados nidos y los decoran con objetos de color como orquídeas,
conchas de caracoles, bayas y cortezas de árbol. Algunos de ellos pintan literalmente esas enramadas
con residuos de frutas que regurgitan, empleando hojas o cortezas como pincel.
Las hembras valoran los nidos y se emparejan con los creadores de los nidos mejor adornados.
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enlace: Talia Shulze