como la mayor parte de las personas ¿discapacitadas? que conozco,
he trabajado mucho para dominar un conjunto de técnicas de resistencia
para los encuentros que nos obligan a responder.
una de estas técnicas es la evitación:
en una tienda, pregunté a la dependienta si tenían pantalones vaqueros con
cintura elástica, y ella me dijo de pronto: ¿qué te hiciste?
con buenas maneras le contesté: bueno, he salido con mis hijas, les estoy
comprando ropa para el próximo trimestre
otra táctica es la educadora:
una mujer les preguntó a mis hijas, que sólo tenían cuatro y seis años,
¿sois unas niñas buenas que os preocupáis por mamá?
yo fui la que contesté, por supuesto, diciéndole que no, que ellas no se preocupaban por mí,
que eran demasiado pequeñas. yo era la que me ocupaba de ellas, aunque ella creyera que,
al ser ¿discapacitada?, era incapaz de comportarme como una madre.
otra posibilidad es el sarcasmo:
recuerdo una ocasión en la que estaba tratando de abrir la puerta de unos servicios
y una mujer se me acercó y me dijo: yo he sido enfermera, ¿quiere que le ayude?
le contesté: no gracias, necesito hacer pis, no una inyección.
Lois Keith
en "encuentros con desconocidas" de Jenny Morris
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