Queda anticuado pensar en censura y relacionarlo solamente con las restricciones impuestas por los gobiernos. La censura de las multinacionales que deciden sobre qué productos debe haber en las tiendas o qué clase de cultura debemos mamar, es ya una verdadera amenaza contra la libertad de expresión.
Los centros comerciales reemplazan a las plazas públicas de los pueblos y los guardias de seguridad nos expulsan si nos manifestamos libremente. La realidad se ha convertido en una propiedad privada.
(terminé de leer "No logo" de Naomi Klein)
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